viernes, 9 de julio de 2010

Cuando mi amor tiene otro color.

Las palabras demuestran en que estado esta nuestro corazón. ¿Un color de la piel nos puede decir si la persona es buena o mala? Todos pertenecemos a la raza humana y vivimos en un planeta de nombre Tierra. Los científicos de la UNESCO (Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura) hace tiempo que llegaron a un acuerdo:" todos los hombres que viven hoy día pertenecen a la misma especie y descienden del mismo tronco.

La división de la especie humana en "razas" es en parte convencional y en parte arbitraria, y no implica ninguna jerarquía en absoluto. Los pueblos del mundo actual parecen poseer igual potencial biológico para alcanzar cualquier nivel de civilización."

Nos enamoramos, convivimos, luchamos, lloramos y reímos juntos, tratamos de salvar a este intranquilo y problematico globo terraqueo de los desastres porque queremos que sigue existiendo, y nuestros bisnietos vivan en el mejor que nosotros. Pero algo no anda bien, nos arrastramos por siglos a una vergonzosa plaga que se llama racismo, una palabra tan absurda y sin sentido en el siglo 21.

El profesor de filosofía Christian Delacampagne, que fue también el director del Instituto Francés en Barcelona, España, escribió un interesante libro "Racismo y occidente"("L'invention du racisme") que en inicio fue su tesis doctoral.

Él llegó a la conclusión que los principales temas racistas ya aparecen en las ideologías más célebres de la Antigüedad y de la Edad Media, que hay que remontarse mucho más allá del siglo XIX, del "siglo de las luces", examinar la filosofía escolástica, sobrepasando Santo Tomás, llegar a los filósofos griegos, a Platón y Aristóteles.

El racismo es una invención europea y no es una invención reciente: hay un racismo griego, medieval, cristiano... en ellos hunde sus raíces el racismo moderno, y no es extraño que resulte tan difícil luchar contra el. Lo llamó "el monstruo", cuyas mil cabezas rebrotan por doquier con frenesí cuando la lucha antirracista tiene que ser más resuelta que nunca.

No nacimos racistas, nos educan para ser racistas, y llevamos a esta enseñanza de generación a generación convencidos que nuestra verdad es la única y inapelable. Cuando yo estudiaba en Moscú, acompañé al parque a mi compañera de la universidad con su hija.
Ella era una rusa como yo, se casó con un estudiante africano de Benín, su pequeña hijita de 4 años heredó el color de su padre.

No había una persona en el parque que no miraba con asombro a mi amiga, una señora de 60 años se acercó y le dijo: "¿no te da vergüenza de tener los hijos con un negro? Las rusas deben casarse con los rusos." Mi amiga me dijo con las lágrimas en los ojos: "¿por qué la gente me tratan así? yo no cometí a ningún crimen, solo me enamoré..."

Su hija jugaba con una niña rubia y blanca de su misma edad en un extraño juego observando las manos. La madre de la niña se acercó y le dijo: "vamos a buscar otro lugar para jugar, no juegas con esta niña, ella es diferente". La niña rubia miró a su madre, y le dijo con una inocencia tan propia de los 4 años: "¿no puedo jugar con una niña que tiene las manos más grandes que yo ?"

La madre se puso incómoda y le dijo bajando la voz: "ella es negra". La niña no entendía a su madre, ella no estaba en condiciones de entender a las idioteces tan propias de los adultos y le dijo : "¿qué es "negra"? ¿Es malo?"

Cuando somos estúpidos, a toda costa queremos criar a los niños estúpidos, acomplejados, llenos de odio, de resentimiento, los obligamos a creer en una superioridad sobre otros que no existe, les complicamos la vida, les llenamos los caminos de rocas, les enseñamos de faltar el respeto, de menospreciar al otro ser humano, llenamos sus sueños de inexistentes demonios porque queremos que ellos sufren como sufrimos nosotros, porque no pudimos resolver nuestros problemas, queremos que ellos cargan con ellos y los arrastran de padres a hijos por siglos. Respetar al otro ser humano es fundamental para una conviviencia pacífica y civilizada, y esto tenemos que aprender.


¿Cómo demostrar el amor a alguien que no sabe y no quiere amar?
Nuestro comportamiento en la sociedad, nuestra personalidad, nuestros actos, nuestras palabras ... todo... es como un eco de la enseñanza que nos dieron en nuestra infancia, y que tal sólidos fueron los valores que nos inculcaron desde nuestra niñez.

Tenemos los gustos diferentes, nuestros deseos pueden no coincidir con los de otros, nos pueden atraer o no sexualmente las personas de un físico en especial, podemos tener más química con unas personas y no tenerla con las otras, pero nunca debemos de olvidar lo principal: todos seres humanos somos iguales y el respeto guarda el respeto.

Hay tantas parejas en el mundo famosas y no famosas de diferente color de la piel, que se aman, que tienen hijos, que viven la vida absolutamente igual como cualquier otro y son muy felices juntos. No me gustan las palabras "discriminación" y "racismo", no las soporto en ningún idioma del mundo.

La vida es un aprendizaje continuo, siempre somos ignorantes en algo, siempre habrá algo que no sepamos, habrá un nuevo desafío y para mejorar nuestra educación debemos tener la conciencia de nuestras limitaciones y carencias. La cultura es herramienta de pensamiento, las personas somos seres sociales y la conviviencia cotidiana es indispensable.

El amor es alquimia y magia, química y hechicería, ciencia y arte, física y metafísica, corazón y cabeza, códigos secretos y complicidad...
El color de un hombre...¿Por qué quiero a éste hombre?

Porque él me hace feliz, porque me hace sentir amada y no solo consentida; porque él escuchaba mis historias antes que yo aprendiera escribirlas; porque él sabía que las mariposas una vez tocadas nunca despegan del suelo, yo le parecía frágil como una mariposa que necesitaba su protección; porque los ángeles no vuelan con las alas mojadas, y él siempre me servía de paraguas;


porque él sabía que el valiente dura hasta que el cobarde quiere, y hacía de cobarde, para que yo siempre era la valiente; porque él apagaba con sus besos y su risa todos los incendios que yo hacía; porque no sabía de dónde era, porque eran demasiados lugares para mencionarlos; porque tenía las agallas de decirme las cosas de frente y no huir con sus pesares ;

porque para él yo era insustituible, irreemplazable, imprescindible, esencial...; porque a la mujer amada nadie puede destronar en el corazón de un hombre; porque le dolía la pobreza que llegó a ser una vergüenza en Occidente, y un síntoma de sufrimiento en los países donde el pan no abunda; porque sabía que los niños de guerra no botan la comida y crecen más rápido que los niños de paz; porque me enseñó no llorar porque se acabó, sino sonreír porque fue bueno;

porque me amaba sin recompensa, porque sin pensar daría su vida por mi, pero no quería morir de amor amándome a morir, él quería luchar por amor, y iba hacía mí retirando las piedras del camino y secando el sudor; porque nunca dejó de pensar en mi, y el sonido de mi voz era su mejor música; porque sabía que la mujer tiene una cantidad de lágrimas para cada hombre y me dijo: "no te haré llorar";

porque lo conocí en un lugar incorrecto para relaciones correctas, y me dijo: "intentaría no estar esperándote pero no te prometo dejar de amarte"; porque me cuidaba una semana sin dormir y sin soltar mi mano cuando estaba enferma; porque me llamaba "mi niña" y me dijo: "no te preocupes, tengo alta tolerancia a las frustraciones, recuérdame, y estaré vivo" ;

porque me decía las palabras muy sexuales al oído haciéndome sonrojar; porque me hacía el amor con la furia bañado en sudor y diciendo mi nombre con la respiración entrecortada; porque de todo a nada hay tan solo un par de minutos, y me dijo a ir: "no me mandes al infierno, ya estoy ahí..."; porque me dijo que nadie me va a amar como él ...
¿De qué color era su piel? De color que me hacía feliz.

By Liou.

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